domingo, 10 de junio de 2012

PENSAMIENTO ETICO Y FILOSÓFICO DE EUGENIO ESPEJO (1747-1795)

Espejo es el gestor decisivo de las campañas de 1785. Sus ideas campean en las sesiones del Cabildo. Sus ideas están constantes en la “Cartilla”en cuya redacción estuvo presente en la celda de Fray del Rosario, así como estuvieron todos los médicos de Quito. Sus instrucciones sobre el sarampión son el resultado de una Facultad embrionaria que delibera sobre una lucha epidemiológica, larvaria si, pero generosa, y que deja un documento inicial primigenio que para la Medicina ecuatoriana debe ser de respetuoso homenaje. Eugenio Espejo: Médico y Duende. Enrique Garcés, 1944

Eugenio Espejo, representa a no dudarlo la figura paradigmática del médico Ilustrado, en un Quito
dominado por un espíritu colonial y guiado por el pensamiento clerical, traído al nuevo mundo por los conquistadores ibéricos. La cruz y la espada fueron los símbolos del sometimiento aborigen a los aventureros intrépidos y codiciosos que venían a América en busca del mítico Dorado.


En este entorno, marcado por las diferencias de clases sociales, en las que se combatían y despreciaban chapetones, criollos, mestizos, zambos e indios; nace en Quito el 21 de febrero de 1747 el precursor de la independencia que fue bautizado como Eugenio Francisco Javier Espejo, hijo legítimo de Luis de la Cruz Espejo (Chusig), indio picapedrero de Cajamarca y de Catalina Aldaz, chola mulata, hija de una esclava liberta. Este hecho, los antecedentes de sus progenitores, marcarían de una manera definitiva el temperamento y el accionar político, periodístico y médico de este personaje, que con su pluma iracunda denostaba contra las injusticias sociales de su época y censuraba por igual a clérigos obcecados, petimetres y a los falsos médicos que eran un verdadero azote de la Audiencia de Quito.



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