Eugenio Espejo Un revolucionario perseguido

Por su crítica a los
españoles y su pensamiento independista, Espejo tuvo durante toda su
vida problemas con las autoridades coloniales. Para deshacerse de Espejo
y sus ideas peligrosas, las autoridades le mandaron como médico a Perú
en 1783. Pero se quedó en Riobamba porque los curas de la ciudad le
pidieron que defendiera a los indígenas que sufrían el abuso del alcalde
y el colector de impuestos.
En 1787, fue exiliado por primera vez,
por haber escrito el libro El retrato de Golilla, la historia de
Túpac-Amaru, líder de un levantamiento indígena en 1780. La obra habla a
favor de los indígenas, burlándose de los españoles.
En 1791, Espejo
regresó a Quito para crear la Sociedad Patriótica Amigos del País. Ésta
tuvo 25 miembros que se reunían cada semana, debatiendo sobre temas
como la agricultura, la educación, la política, los avances en las
ciencias físicas y naturales, y problemas sociales. Aquí nacieron,
también, planes para la liberación de Hispanoamérica del reino español.
Para difundir estos pensamientos independistas, Espejo empezó a publicar
el primer diario quiteño, Primicias de la cultura de Quito, pero
después de siete números, Carlos IV prohibió la publicación. Asimismo,
el Rey suspendió la Sociedad Patriótica Amigos del País. Sin embargo, el
pensador seguía escribiendo desde la clandestinidad.

La ciudad de Quito no registra en el libro de gentes
principales el fin de este precursor de la independencia
hispanoamericana, que ha sido el más brillante de sus hijos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario