domingo, 10 de junio de 2012

Obras literarias  de Eugenio Espejo 

El primer periodista del Ecuador realizo numerosas obras como: Nuevo Luciano de Quito (1779), Sermón de San Pedro (1780), El Retrato de Golilla (1781), Cartas riobambenses (1787) y Discurso sobre la necesidad de establecer una sociedad patriótica con el nombre de “Escuela de la Concordia” (1789).
El pensador escribió inspirado en las ideas de la Ilustración. Durante esta época europea, los pensadores exigían la libertad y la justicia, y declaraban los derechos naturales que tienen todos los seres humanos desde su nacimiento.
Las obras de Espejo están llenas de ironía. El escritor criticó la oscura sociedad quiteña del siglo XVIII bajo el dominio español, en donde reinaban la esclavitud y la pobreza, y en donde las personas que violaban las estrictas normas religiosas –que dominaban la sociedad– terminaban enjuiciados por la Inquisición. Garcés Cabrera escribe sobre la reacción de Espejo en contra de la rígida sociedad quiteña de la Colonia: “En medio de tanta ignominia, grita Espejo a cada momento y su grito no encuentra eco ni siquiera en las paredes. Es el magnífico predicador en el desierto”. 
 
La vida de Eugenio de Santa Cruz y Espejo , primer periodista ecuatoriano, estuvo ligada a Riobamba . Y precisamente, dos de sus obras, han inmortalizado a la ciudad. “Representación de los curas de Riobamba” y “Cartas Riobambenses” demuestran por una parte la preocupación de Espejo por la situación de la Real Audiencia, y también la ironía que lo caracterizaba. Ambas staban relacionadas estrechamente y tenían como hilo conductor la enemistad con dos personajes de la villa: Ignacio Barreto y José Miguel Vallejo.

Cuando los curas de Riobamba le pidieron escribir la réplica legal a un informe cuestionador presentado por Barreto, Espejo sintió que la hora de tomar revancha había llegado.
El “Duende”, como le gustaba llamarse a sí mismo, estaba convencido que el verdadero autor del informe era José Miguel Vallejo, a quien repudiaba por haberlo acusado.
Espejo no podía olvidar el episodio de su detención en 1783, cuando trató de eludir la orden de prestar servicio como médico en una expedición hacia las selvas orientales. Espejo trató de huir al refugiarse en Riobamba, en casa de Vallejo, a quien consideraba su amigo. Sin embargo, fue él quien lo denunció ante las autoridades.

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